Uno del expresidente
Dicen que la auditoría de Probidad a un expresidente revelaría que durante su gestión habría comprado y vendido al menos 60 vehículos (la mayoría naves de lujo y hasta motos de las más codiciadas) y curiosamente todos esos transes los habría realizado en el protocolo de la misma notaria a quien, por cierto, tendrían en la mira. Según nos cuentan, muchos de los vehículos eran comprados por el hijín del presidente, un muchacho que dicen le gustaba presumir de ser el consentido del entonces macizo y desfilaba por bares y centros nocturnos acompañados de sus chaneques. ¿Será verdad?
¡Qué casualidad!
Dicen, pero a nosotros que nos registren, que entre los documentos destruidos "sin ninguna mala intención" en una institución estatal estarían varios expedientes que contendrían datos "interesantes" sobre El Chaparral y un sonado caso de un fideicomiso, en el que se trató de involucrar a una diputada opositora. Según nos cuentan, esos expedientes habían sido solicitados, pero como los mandaron a hacer chorizo, ahora quien los pidió se quedará con las ganas de verlos. ¿Será verdad?
¿Qué ondas allí?
Dicen que algunos oficiales en retiro, de confianza de un ministro, tendrían, después de varios meses de estar jubilados, guardaespaldas, carro oficial a su servicio y hasta les pagarían las cuentas de celular, todo cortesía del ministerio.
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